jueves, 5 de mayo de 2011

El mangostán (Garcinia mangostana)

El Mangostán pertenece a la familia de las Guttíferas (Clusiáceas). Es originario de la península de Malasia e islas Molucas; se cultiva actualmente en todas las regiones tropicales de las tierras bajas por el valor de sus frutos que están considerados como de los más sabrosos del Asia tropical.
El Mangostán es un árbol de 5 hasta 12 metros de alto. De copa piramidal, frondosa, de color verde oscuro. De corteza oscura, suave. Todas las partes del árbol al hacer alguna incisión exudan un látex amarillento resinoso.

Sus hojas son sencillas, opuestas, coriáceas, elíptico-oblongas, de 15 a 25 cm de largo por 6 a 15 cm de ancho, agudas o cortamente acuminadas en el ápice, obtusas a agudas en la base, enteras en las márgenes, con las nerviaciones secundarias conspícuas y más o menos paralelas. Pecíolos de 2 a 3 cm de largo.
Sus flores masculinas se agrupan en fascículos terminales con pocas flores; las flores hermafroditas solitarias o en pares, de 4 a 6 cm de diámetro; sépalos 4, rara vez 6, persistentes en el fruto; pétalos 4, purpúreos, redondeados, gruesos en la base de unos 3 cm de largo. Estambres numerosos (rara vez pocos). Estigma sésil con 4 lóbulos.

Sus frutos son más o menos esferoidales u ovoidales, de 4 a 9 cm de diámetro, de color rojizo-purpúreo al madurar, lustrosos, con una roseta realizada en el ápice que es el estigma rematante y con los sépalos persistentes; pericarpio grueso, esponjosos, rojizo. Pulpa con 5 a 7 segmentos blancos, comestibles. Semillas oblongas, pequeñas; pueden estar ausentes.
Su madera es dura y de color rojizo. Como ornamental es un bellísimo árbol.
Los frutos se consumen frescos, pero también se utilizan en la elaboración de mermeladas.
Los frutos están considerados como los más sabrosos del mundo. Son de sabor muy agradable.
Se propaga ordinariamente por semilla. Se desarrolla bien en suelos arcillosos o francos, con buen drenaje, en las regiones tropicales de poca altitud. Requiere de un medio ambiente húmedo, con abundantes lluvias y temperaturas que no bajen de los 20ºC. Temperaturas más frías frenan su desarrollo.

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