miércoles, 16 de junio de 2010

El cultivo del Longan

El longan es un árbol bien adaptado a los climas tropicales que poseen períodos de lluvia y seca bien marcados y a las áreas subtropicales con una estación fría (sin heladas) durante el otoño e invierno. El longan es originario de tierras bajas con elevaciones medias en el sudeste asiático y crecen en elevaciones que varian entre 1.8 y 460 m. El longan produce frutos de una manera más regular en las áreas que se caracterizan por temperaturas bajas pero sin heladas y un período de seco durante el otoño e invierno (octubre-febrero). Las temperaturas cálidas 21-29º C durante la primavera, seguidas de altas temperaturas 27-35º C y una humedad alta en el verano proporcionan las mejores condiciones para el desarrollo de los frutos. Los inviernos lluviosos y cálidos favorecen el crecimiento vegetativo. Las lluvias excesivas durante la estación de floración provocan la caída de las flores y pueden reducir también la polinización y formación de los frutos. Las hojas jóvenes del longan son sensibles a los fuertes vientos durante la etapa de crecimiento vegetativo; los daños incluyen deshidratación, deformaciones y el tornarse de color carmelitoso.
Se ha observado que el longan es menos tolerante al frío que el lichi. Los árboles jóvenes son muy suceptibles a sufrir daños severos durante las heladas -1 a - 0.5º C y pueden morir a -2 a -3º C. Los árboles adultos son más resistentes pero las ramas sufren daños a una temperatura de -3 a -4º C y daños severos o la muerte ocurre con temperaturas inferiores a -4º C.
Observaciones han mostrado que el longan es tolerante a los vientos y los árboles jóvenes pueden establecerse en sitios donde los vientos son frecuentes. Los árboles maduros que están bajo un programa de control de la altura que limita la misma a 4.9-6.1 m sobreviven los vientos huracanados relativamente bien. Los daños más comunes provocados por los huracanes son el
derribamiento y la pérdida de la mayoría de las hojas. Cuando el tiempo es muy ventoso, seco y
frío durante la floración, las flores se secan y se reduce la formación de frutos.
El longan no tolera alta salinidad en los suelos. Los síntomas de estrés provocado por la
alta salinidad incluyen a: necrosis marginal y terminal de las hojas, oscurecimiento y caída de
las hojas, muerte regresiva de los tallitos y muerte del árbol.
El longan se desarrolla muy bien en varios tipos de suelos siempre que tengan buen drenaje, como son por ejemplo, los aluviales, los franco arenosos, arenosos y los calcáreos o rocosos del sur de Florida. Los árboles jóvenes no toleran las inundaciones y pueden morir rápidamente después de varios días de humedad excesiva o inundación. Los árboles adultos parecen ser más tolerantes a la humedad excesiva.
Los árboles jóvenes tienen un sistema radicular limitado y deben regarse de 2 a 3 veces por semana durante los períodos de seca. Para los árboles adultos el riego debe cesar o limitarse desde septiembre-octubre hasta que los árboles comiencen a florecer en la primavera. Sin embargo, los árboles deben regarse bien y se debe evitar el estrés de la sequía desde la floración hasta el desarrollo de los frutos. Un sistema de riego debe estar disponible para los árboles recién plantados y jóvenes. Los tensiómetros son instrumentos que miden la humedad del suelo por tensión y constituyen herramientas valiosas para monitorear los niveles de humedad y los programas de irrigación.
Se deben aplicar 113 g de abono por árbol a los árboles jóvenes un mes después de haber sido sembrados, por ejemplo uno que contenga 6-6-6 (% de nitrógeno-% de fósforo-% de potasio) y microelementos así como de un 20 a 30 % del nitrógeno proveniente de fuente orgánica es adecuado. Repita esta aplicación cada 6 u 8 semanas durante el primer año. Más tarde, incremente gradualmente la cantidad de abono aplicada a 227, 341, 454 g, a medida que el árbol crece. De 6 a 8 aplicaciones de abono seco por año deben realizarse hasta el tercer año. Puede aplicarse una mezcla de microelementos (manganeso, zinc, boro y molibdeno) en 4 a 6 aspersiones foliares, de abril a septiembre. Aplique 0.5 a 0.75 oz de sulfato de hierro por árbol al suelo en aquellos sitios donde el pH es ácido o neutro. En suelos alcalinos con un pH alto, moje el
suelo con una solución de quelato de hierro para estos suelos 2 a 3 veces por año de junio a
septiembre. Mezcle 14-21 g de quelato de hierro en 4 o 5 galones de agua y viértalo en el suelo adyacente al árbol. Para los árboles adultos, se recomienda aplicar de 50 a 150 lbs de nitrógeno por acre al año, divididas en dos o tres partes. El abono debe aplicarse justamente antes o durante la floración, quizás durante el final de la primavera y de nuevo justamente antes o durante la recolección de los frutos. El abono debe también incluir fosfatos (P2O5) y potasa (K2O); use un abono 6-6-6, 8-3-9 o uno similar. Además, los suelos alcalinos deben empaparse
con 2 a 4 oz de quelato de hierro por árbol por año, de junio a septiembre. Deben realizarse
cuatro o más aspersiones foliares de abril a septiembre.

Fuente: Universidad de Florida

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