El lichi no produce frutos satisfactoriamente a nivel del mar en los climas tropicales; está mejor adaptado a las áreas subtropicales cálidas o frescas. El mejor clima para la producción de este fruto debe combinar un invierno seco y frío (pero no con heladas) que dure de 3 a 5 meses; una primavera cálida durante el período de floración; un verano caliente y húmedo durante la producción, desarrollo y maduración de los frutos; y temperaturas moderadas durante el otoño. Las lluvias periódicas durante la primavera y el verano son ideales.
El lichi tiene una mayor tolerancia al frío que el mango pero menor que la naranja dulce, por lo que sus plantaciones están limitadas a algunas áreas costeras.
Los árboles jóvenes sufren daños a temperaturas de -2 a 0º, mientras que la exposición durante varias horas a temperaturas entre -3 y -4º C causan daños extensos o la muerte a
los árboles adultos. Los árboles de lichi no se aclimatan a las temperaturas frías después de haber estado expuestos a temperaturas frescas no congelantes. Los síntomas del daño causado por el frío incluyen la muerte y caída de las hojas, muerte regresiva de las ramas y ramitas, las rajaduras en la corteza y la muerte del árbol.
Los árboles jóvenes en ocasiones se establecen con dificultad en los sitios donde los vientos son fuertes; la exposición a vientos constantes puede producir la ruptura de hojas, crecimiento retardado y muerte regresiva de los tallos. La corteza en la base de los árboles jóvenes a nivel del
suelo puede dañarse por la fricción continua causada por el movimiento provocado por los vientos. Sí es posible, los árboles deberían sembrarse en sitios protegidos de los vientos o proporcionarles protección con una malla liviana que se sujeta a los alambres de una cerca metálica.
Los árboles crecen mejor en los suelos con buen drenaje. Crecen mejor en los suelos arenosos ácidos que contienen gran cantidad de materia orgánica. Los árboles crecen bien en los suelos arcillosos, pero usualmente no producen frutos apropiadamente. Los suelos arenosos cuyo
contenido de materia orgánica es pobre son apropiados si se aplican abonos en cantidades suficientes. El lichi puede crecer en los suelos calcáreos pero requieren cuidados especiales para prevenir las deficiencias de elementos menores.
Puede soportar inundaciones por un corto período de tiempo. Sin embargo, su reacción a las inundaciones dependerá de la duración de las mismas, el tamaño del árbol, la presencia o ausencia de enfermedades en las raíces y de las condiciones del tiempo. Se recomienda plantar los árboles en canteros o lomitas en las áreas propensas a inundarse o con suelos muy húmedos.
Los árboles de lichi pueden crecer mucho; la poda de ramas leñosas con un diámetro mayor de 1 pulgada puede conducir a un crecimiento vegetativo continuo que reduce el rendimiento. Los
árboles deben sembrarse con una separación de moderada a amplia 5.5 a 9.1 m. Las filas deben estar separadadas por 6.7 a 9.1 m. Cuando los árboles se siembran con una alta densidad se
recomienda tener un plan para la remoción de árboles a medida que ellos crecen. Los árboles que se plantan en patios deben estar separados 9.1 m o más de otros árboles o edificaciones. El hacinamiento resulta en la reducción de la intensidad de la luz entre árboles adyacentes y la
disminución en el número de horas que la copa está expuesta a la luz, lo cual causa la pérdida de las partes inferiores de la copa y la reducción en la producción de frutos.
Los árboles jóvenes (menos de 4 años) deben fertilizarse con 0.11 a 0.22 kg de un abono completo cada 8 semanas. Las mezclas que contienen de 6 a 8 % de nitrógeno, 2 a 4 % de fósforo, 6 a 8 % de potasa y 3 a 4 % de magnesio son satisfactorias. Una proporción del 20 al 50 % del nitrógeno debe provenir de una fuente orgánica. En los suelos que poseen un pH de ácido a neutral, deben aplicarse micronutrientes tales como el manganeso, zinc y hierro en forma sólida. Sin embargo, los árboles que crecen en suelos calcáreos, con un pH alto, deben recibir aspersiones foliares de manganeso y zinc. De dos a cuatro aplicaciones de micronutrientes
deben realizarse durante la estación de crecimiento (marzo a noviembre). En suelos con pH ácido o neutral las aplicaciones de sulfato de hierro pueden ser efectivas. Sin embargo, en los suelos
calcáreos, que posean un pH alto, se debe empapar el suelo con una solución de quelato de hierro (Fe-EDDHA). Para los árboles jóvenes, mezcle de 14 a 57 g de quelato de hierro en suficiente
agua para que el material se distribuya alrededor de la base del árbol . Para árboles jóvenes y adultos, mezcle de 14 a 113 g de quelato de hierro por árbol por aplicación. El hierro debe aplicarse de 2 a 4 veces durante la estación de crecimiento.
Los árboles de lichi son moderadamente tolerantes a la sequía. Sin embargo, los árboles recién plantados deben regarse regularmente durante el período de establecimiento. En los patios, los árboles se desarrollan bien sin irrigación suplementaria después de establecidos. Para obtener cosechas más consistentes en los árboles adultos, restrinja la irrigación durante el final del otoño y el invierno hasta la floración. Esta práctica puede mejorar el nivel de floración obtenida. Por otra parte, la irrigación durante la producción de frutos y cosecha puede mejorar los rendimientos y calidad de los frutos.
Una vez que los árboles comienzan a producir frutos ( de 3 a 4 años de haber sido plantados), deben regarse regularmente desde la floración hasta la cosecha. Investigaciones en otras regiones han sugerido que el estrés provocado por las sequías moderadas durante el final del
otoño (septiembre u octubre) y comienzos del invierno favorecen la floración al final del invierno y comienzo de la primavera.
Fuente: Universidad de florida